Si ha llegado a esta página por una mera casualidad de internauta o por una necesidad real de identificación de una huella carbonizada en el canto de un libro antiguo, la visita a este espacio virtual lo pondrá al tanto de esas señales históricas por medio de imágenes que las muestran y ponen en evidencia su relación con otros testimonios de pertenencia y del libro mismo y sus similares.
De manera periódica, se realizan actualizaciones, revisiones, correcciones y nuevas incorporaciones. El catálogo cuenta con información diversa concerniente a la historia e iconografía de las instituciones o de particulares novohispanos que poseyeron una colección de libros y la identificaron como propia, haciendo uso de las marcas de fuego.
Si por cuestiones de trabajo su interés es permanente y considera que ha encontrado una marca de fuego no registrada o incorrectamente adjudicada es recomendable que nos contacte y se registre como usuario para que reciba información sobre las pautas de colaboración. Los curiosos, aficionados, coleccionistas e investigadores del libro antiguo novohispano son bienvenidos.
Esperamos que el catálogo cumpla las expectativas y logre constituirse como un espacio virtual de cooperación que, considerando el valor patrimonial del libro antiguo, remita a particulares formas de lectura que dieron sentido a ideas, saberes y sentimientos transmitidos a los lectores de carne y hueso que en el pasado poseyeron y usaron estos libros.
La marca de fuego se define como una señal carbonizada colocada principalmente en los cantos de los libros mediante un instrumento metálico candente. A la fecha se valora como un testimonio histórico distintivo que permite identificar a las instituciones y particulares que se valieron de ellas; como evidencia de haber sido los poseedores de ciertas colecciones bibliográficas. No se descarta que que las marcas se aplicaran como una forma de selección.
La práctica de la marca de fuego se ubica durante el periodo colonial en México, principalmente. La evidencia indica que su uso se inició hacia la segunda mitad del siglo XVI y perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX. Dicha praxis encontró acogida en las bibliotecas conventuales y en instituciones religiosas dependientes del clero secular. Aisladamente se tiene registro de algunas bibliotecas de particulares que ostentan su propia la marca.
El Catálogo Colectivo de Marcas de Fuego es un esfuerzo de colaboración interinstitucional. Los bibliotecarios y tecnólogos de las universidades involucradas somos responsables de los contenidos y soporte técnico del sitio en Internet.
El desarrollo progresivo de este instrumento radica en la participación de quienes trabajen o estén relacionados con fondos antiguos y que tengan interés en consignar la presencia de las marcas de fuego en los libros, como un elemento histórico presente que ayuda a construir la representación del valor patrimonial que reside en estos bienes culturales.
El Catálogo Colectivo de Marcas de Fuego está actualmente inscrito en los recursos en línea sobre procedencias del Consorcio de Bibliotecas Europeas de Investigación (CERL).
Aquellas instituciones interesadas en dar a conocer las marcas de fuego de sus colecciones bibliográficas. Para ingresar como institución participante únicamente se tienen que poner en contacto con nosotros para manifestar un compromiso formal, seguir la metodología y comenzar a ingresar los datos en línea, mediante el acceso remoto que les será proporcionado.
Instituciones Fundadoras: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Universidad de las Américas Puebla